Contenidos e implicaciones iniciales para inversores de la nueva Ley de Startups
Cabe señalar que se trata de una propuesta de proyecto. Por ello, contiene varios puntos que todavía están sujetos a modificaciones.
El anteproyecto considerará “startups” a toda PYME de base tecnológica con menos de cinco años de antigüedad o con una facturación inferior a cinco millones de euros. El 60% de sus trabajadores deberá tener contrato en España y la empresa deberá tener la consideración de “innovadora”. Una startup será “innovadora” cuando su objetivo sea resolver un problema o mejorar una situación ya existente mediante el desarrollo de nuevos o sustancialmente mejorados productos, servicios o procesos, en comparación con el estado de la técnica. La entidad pública encargada de determinar la naturaleza innovadora de una startup será la Empresa Nacional de Innovación, S.A. (ENISA).
Estas son las medidas más interesantes que se contemplan en el anteproyecto:
Un visado para nómadas digitales
Permitirá a los profesionales establecerse en España mientras siguen trabajando para sus empleadores extranjeros, previéndose que dicho visado tenga una validez de un año, y contemplándose una renovación del visado por un período de dos años.
Ventajas fiscales
Se fijará un tipo mínimo del Impuesto sobre Sociedades del 15% en el primer periodo impositivo en el que la startup obtuviera una base imponible positiva. Este tipo del 15% podría prorrogarse durante un máximo de tres períodos adicionales, hasta un máximo de 4 años. Por otro lado, se permitirá el aplazamiento de las deudas tributarias en los 2 primeros ejercicios con una base imponible positiva, permitiendo una mayor flexibilidad durante las etapas iniciales de la startup. Este aplazamiento, el cual se aplicaría al Impuesto sobre Sociedades o al Impuesto sobre la Renta de No Residentes, será válido durante un periodo de 6 a 12 meses.
Mayor flexibilidad en el proceso de creación de la startup
El Gobierno ha transmitido su voluntad de reforzar la facilidad en el proceso de creación legal de una nueva startup. No obstante, por ahora el anteproyecto de ley sólo contiene una declaración de intenciones en su expositivo.
Mayor flexibilidad administrativa para los no residentes
Con el fin de atraer a los inversores extranjeros no residentes que podrían operar en España, se prevé la supresión del requisito del Número de Identificación de Extranjero (NIE). El NIE es un documento que todos los extranjeros residentes o no residentes, que posean intereses económicos, profesionales o sociales en España deben tener. A los inversores se les seguirá exigiendo un NIF o un número de identidad fiscal para su startup. Paralelamente, también se espera una mejora del proceso de solicitud digital para obtener el NIF.
Mejora general del ecosistema de inversión
El anteproyecto de la Ley de Startups pretende mejorar la manera en la cual grandes startups desarrollan actualmente su actividad empresarial en España, facilitando el uso de stock options como método de remuneración a los trabajadores. Las exenciones para las stock options aumentarían de 12.000 a 45.000 euros por año, haciendo más atractivo este sistema de retribución. De manera adicional, el anteproyecto prevé aumentar al tipo máximo de deducción por inversiones del 30% al 40%, así como el periodo en el cual la empresa tiene la consideración de reciente creación, que pasaría de 3 a 5 años, incluso 7 años para determinadas empresas. Además, la nueva Ley contempla elevar la base máxima de deducción por inversión en empresas de nueva o reciente creación de 60.000 a 100.000 euros por año para incentivar la inversión.
¿Puede la Ley de Startups ser mejorada?
Este proyecto está actualmente en la fase de estudio y sujeto a varias modificaciones, por ello, ninguna de sus cláusulas es inamovible. Y aunque su recepción ha sido ampliamente positiva, esto no significa que no pueda ser modificada.
Para comenzar, se puede discutir que la definición de startup solo beneficiaría a las empresas más exitosas: aquellas que pueden obtener beneficios muy tempranamente en su vida empresarial. En la práctica, muchos emprendedores que presentan un plan de negocio ante un grupo de inversores probablemente prevean unos primeros años de crecimiento estancado o pérdidas, antes de que su startup crezca. Por consiguiente, una reducción en el Impuesto sobre Sociedades -del 25% al 15%- no tendrá ningún impacto tangible si la empresa no está obteniendo beneficios durante el ejercicio fiscal, ya que las empresas no deben tributar por este impuesto a menos que obtengan beneficios.
En su situación actual, el proyecto de ley no considera que una empresa es una startup si su fundador ha creado previamente otras empresas.
A este respecto, podría ser criticado que el anteproyecto de ley carezca de herramientas para ayudar al crecimiento de las startups. Por ejemplo, el fomento de empresas con una facturación de cinco millones de euros anuales es relevante, pero probablemente insuficiente si queremos que la startup se convierta en un actor a nivel global. En este mismo sentido, la base máxima de deducción por invertir en una empresa de nueva o reciente creación -los anteriormente mencionados 100.000 euros- es reducida y solo atraería a pequeños inversores. Finalmente, para que los profesionales que están en grandes empresas se atrevan a dar el salto a una startup, uno de los componentes claves es su retribución. La exención de 45.000 euros en stock options puede también quedarse corta, ya que podría no convencer a profesionales altamente remunerados a dejar su multinacional y comenzar a trabajar por una startup emergente.
Para concluir, el anteproyecto de la Ley de Startups va por el buen camino, pero necesitaría incluir más medidas para los grandes inversores. Actualmente, la medida más positiva que se espera para inversores extranjeros será probablemente la supresión del requisito del NIE y la visa para el nómada digital, lo que permitirá poner en marcha rápidamente los negocios al eliminar las actuales trabas administrativas para los emprendedores en España.