Bueno para unos, malo para otros (Primera parte) – El gobierno español suprime el canon por copia privada

04-01-2012

El 30 de diciembre de 2011 el Consejo de Ministros acordó, de forma apresurada, y en el marco del Real Decreto Ley con medidas urgentes en materia presupuestaria, tributaria y financiera para la corrección del déficit público, expulsar al canon digital de la vigente Ley de Propiedad Intelectual.

Dicha compensación –popularizada erróneamente como canon digital- y que viene siendo abonada por los fabricantes e importadores de equipos, aparatos y soportes que permitan la copia para uso privado de obras protegidas por la Ley de Propiedad Intelectual, en el futuro será deducida directamente de los presupuestos del estado. En consecuencia, a partir del 1 de enero de 2012, ya no serán los fabricantes e importadores los deudores de la compensación a los titulares de los derechos de explotación, sino que ésta –por lo que se presume- será recaudada por el estado a través de los impuestos y abonada directamente a las entidades de gestión.

La forma de liquidación de dicha compensación será determinada en el futuro por el Gobierno a través del Reglamento correspondiente. La intriga está ahora en cómo se calculará en el futuro dicha compensación. En los círculos implicados ya se están produciendo discusiones al respecto: Presumiblemente se destronará a las entidades de gestión, la cantidad concreta de la compensación se vinculará a “la estimación del daño ocasionado por la copia privada” -los internautas ya se preparan para una ofensiva al respecto-, y los titulares de derechos pueden preocuparse de que su derecho a una compensación sea aprovechado para tapar los agujeros de los presupuestos del estado español.

Finalmente: En vista del futuro incierto, queda abierta la cuestión de cómo deberán de actuar ahora los fabricantes e importadores a la hora de establecer sus precios, lo cual de momento, será problema suyo. No saben ni siquiera si, para qué dispositivos y en qué cantidad deberá de ser abonada una compensación. El legislador les ha hecho flaco favor y los deja a ellos (y no a ellos solamente, sino también al consumidor) pescando en aguas turbias.

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